Últimos metros de carrera con la Finish Line a la vista: los corredores reaccionan de manera diversa acompañados por los gritos de los miles de espectadores que abarrotan las gradas (todos han comprado su entrada) instaladas para la ocasión, cerca de Tavern on The Green.
La línea de meta de la NYC Marathon es uno de los objetivos más perseguidos por los corredores de todo el planeta. Esta carrera es parte del circuito Abbott World Marathon Majors, las seis maratones más importantes del mundo: Nueva York, Berlín, Boston, Chicago, Londres y Tokio.
Corredores visiblemente cansados unos pocos metros después de la línea de
meta. Alcanzarla es un sueño y para conseguirlo los corredores se han entrenado al menos durante cuatro meses. En 2019, un 99,2% de los 54.119 participantes cruzaron la línea de meta. Desde la primera edición de 1970 hasta la de 2019, 1.283.000 corredores han completado la carrera querida y diseñada por Fred Lebow.
Una vez superada la línea de meta y entregadas las medallas, los corredores son dirigidos hacia el itinerario de salida. Dependiendo de si decidieron recibir o no su mochila a la llegada, tardarán incluso una hora en abandonar el área de llegadas.
Uno de los roles más codiciados entre los voluntarios de NYRR es el de ayudar en la zona de llegada. Y la entrega de medallas es un acto reservado a muy pocas personas que ya hayan ocupado otras posiciones como voluntarios en ediciones anteriores de la carrera.
Después de recoger la medalla, los corredores se dirigen hacia la salida del parque. A todos se les entrega una manta térmica y un pack con comida y bebidas. A lo largo del recorrido hacia la salida, personal médico cualificado observa a los corredores e interviene si se percata de que alguien necesita asistencia.
Después de recoger la medalla, los corredores se dirigen hacia la salida del parque. A todos se les entrega una manta térmica y un pack con comida y bebidas. A lo largo del recorrido hacia la salida, personal médico cualificado observa a los corredores e interviene si se percata de que alguien necesita asistencia.
A los corredores que han elegido la opción “Sin equipaje” (unos 35.000) se les entrega el característico poncho azul en Central Park West. Así, una lentísima procesión de corredores se dirige hacia Columbus Circle para reunirse allí con amigos y familiares, y encaminarse, todos juntos, hacia un merecido descanso.